…Días que deberían de ser años…
Este fin de semana pasado, podemos decir que ha sido un fin de semana faunístico de cabo a rabo. El sábado 3 de Octubre se festejaba el Día Mundial de las Aves y el domingo 4 de Octubre el Día Mundial de los Animales.
En tan solo estos dos días, se realizaron más de 600 actividades por toda España dedicadas a estos grandes seres que habitan nuestros bosques, sistemas fluviales, campos y ciudades. En este año 2015 se ha hecho hincapié en la biodiversidad urbana, con intención de resaltar, conservar y valorar la importancia de ésta en nuestras urbes, ya que con su crecimiento son muchas las especies que se han visto perjudicadas e incluso extinguidas, a pesar de ser los beneficios que aportan a nuestras ciudades cuantiosos y muy valiosos.
En muchos espacios de la Red Natura 2000, creada para la conservación – protección de especies y hábitats emblemáticos, están incluidos núcleos urbanos, ya que estos son el principal hábitat de muchas especies como por ejemplo el cernícalo primilla (Falco naumanni) o la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), incluidas en el libro rojo de las aves de España. Además, en las zonas rurales, una vecina curiosa y nocturna como la lechuza común (Tyto alba) habitaba frecuentemente las casonas o campanarios, pero actualmente es escasa y rara de observar debido a la situación alarmante por la que están pasando. Todo esto nos está diciendo que las ciudades tienen un papel primordial para la conservación de muchas de nuestras especies y por lo tanto merecen medidas de protección tan eficaces como en cualquier otro lugar.
Este fin de semana, gracias a muchas entidades, la población ha podido disfrutar de talleres, salidas de campo, charlas muy interesantes, rutas, jornadas de anillamiento… y agradecemos desde aquí a toda ese gente que ha organizado y colaborado en todas estas iniciativas para que los demás pudieran disfrutar de un fin de semana lo más “animalado” posible.
Ahora toca seguir trabajando para reducir e impedir el daño directo/indirecto que causamos con nuestras actividades y costumbres a la fauna que nos rodea: desde los anfibios debido a la gran contaminación de los sistemas acuáticos, como a las aves que mueren electrocutadas o colisionadas en tendidos y aerogeneradores, pasando por los insectos que mueren por las grandes cantidades de insecticidas y que son la base alimenticia de muchas especies.