Limpieza de basura en las simas del Alto Tajo

1.500 kg de basura retirados en el voluntariado ambiental en la “Sima de los Frailes” (Villanueva de Alcorón)

La unión hace la fuerza. Gracias a la colaboración entre WWF, Club de Montaña El Huso y Asociación Micorriza, el pasado domingo 26 de octubre llevamos a cabo una jornada de voluntariado ambiental para limpiar uno de los elementos más característicos del paisaje del Parque Natural Alto Tajo: las simas.

Estas formaciones endokársticas, conocidas también como simas, simarros o “cuevas”, son en muchos casos la entrada a complejos sistemas de galerías subterráneas exploradas por grupos espeleológicos. En sus zonas iniciales confluyen unas condiciones ambientales muy distintas a las del entorno exterior, lo que favorece la presencia de una biodiversidad única, con especies singulares y amenazadas. Además de servir de refugio a varias especies de murciélagos, estas estructuras constituyen el hábitat exclusivo de plantas protegidas en Castilla-La Mancha, como Asplenium scolopendrium y Polystichum aculeatum.

Sin embargo, el carácter oculto de estas cavidades las ha convertido con frecuencia en vertederos clandestinos. La invisibilidad de sus pozos ha favorecido durante años el abandono de todo tipo de residuos, desde basura doméstica hasta restos industriales.

La participación de aficionados a la espeleología ha sido fundamental

En esta primera jornada abierta al público —porque habrá más—, una docena de personas nos desplazamos hasta Villanueva de Alcorón. Mientras los compañeros espeleólogos equipaban y descendían al fondo de la sima, el resto del grupo se encargó de limpiar la entrada y los accesos, donde se acumulaban numerosos neumáticos de camión y montones de residuos variados.

Del interior de la sima fuimos sacando sacas repletas de todo tipo de objetos: muñecas, un motor, una bicicleta, ruedas y otros restos sorprendentes.


Tras una larga jornada de trabajo, clasificamos y pesamos los desechos, contabilizando un total de 1.501,5 kg de basura retirada.

Aun así, estimamos que todavía queda entre cuatro y diez veces más de lo que logramos sacar esta vez… ¡así que habrá que volver!

Esta actividad no habría sido posible sin Manu y Carlos, que asumieron la parte más arriesgada descendiendo al fondo de la sima, ni sin el esfuerzo de todas las personas voluntarias que movieron neumáticos, tiraron de sacas y no se detuvieron ni un momento. ¡Menuda sesión de agrogym! Cerramos la jornada con una merecida merienda y una degustación de cerveza artesanal que nos trajo Marta desde Castellón.

¡GRACIAS!

Nos vemos en la próxima.

¡MANOS A LA AZADA!